Conviene recordar que: “Iban subiendo camino de Jerusalén y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser…”(Mc 10, 32 s.)
También un texto de Hechos (9,1) que dice: “(Saulo) se presentó al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que, si encontraba a algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres…”
Y el conocidísimo: “Yo soy el Camino” del evangelio de Juan (14,6), que es lo definitivo.
En este contexto se entiende mejor el evangelio que sigue, y la fuerza que encierra.
Mc 10,46-52
Yo quiero aprender de ti, Maestro |
Ni setenta, ni siete, ni una. |
Conviene recordar los versículos anteriores al evangelio de hoy:
Los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban y los que seguían iban asustados. Él tomó aparte otra vez a los doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: “Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, lo condenaran a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará”. Se le acercaron los hijos de Zebedeo… (Mc 10, 32-34)
Mc 10, 35-45
Se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: “Maestro, Jesús replicó: “No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?” Contestaron:
Jesús reuniéndolos les dijo: |
Ya decíamos cómo la gente se acerca a Jesús: para tocarle, para “pillarlo”, para escucharle, para sanar, para preguntar...
Y aquí viene el lío… Todos queriendo ser alguien, todos queriendo la gloria de estar a su derecha y a su izquierda. Ciertamente ni ellos ni nosotros acabamos de saber de qué va lo de beber su cáliz, de bautizarnos con su bautizo; si lo supiéramos quizá no tendríamos tanto interés en lo de la derecha y la izquierda. Ellos como nosotros sin acabarnos de enterar de NADA.
¡Vosotros nada de eso!
|
¿Es ésta la gloria que busco cuando deseo estar a su derecha y a su izquierda?
¿Qué busco cuando digo acercarme y adherirme a Él?
El poder conlleva la tentación de “tiranías” y de “abusos”. ¿Tengo algún ámbito de “poder” (matrimonio, hijos, padres, noviazgo, trabajo, cargos, amigos, comunidad, familia, …). En ese ámbito de “poder”, ¿alguna “tiranía”?, ¿algún “abuso”?
Las tiranías y/o abusos en los que puedo intervenir de alguna manera…
El sometimiento a algún modo de “tiranía” y/o “abuso” que me está dañando…
Jn 15,9-17(6º domingo de Pascua, ciclo B)
Como el Padre me ha amado, |
El primero en amar es Dios. Sólo uno. La cosa va de amigos.
Amistad con el Señor.
Dar fruto. |
Dijo Jesús a Nicodemo: Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. En cambio el que realiza la verdad |
Hombre culto, intelectual, interesado por la verdad. Acude a Jesús de noche, cuando ya no hay luz...
Dios ama al mundo ¡No desahuciar a nadie!
No hay más condenación que el absurdo de, |
Pensar en esto. Reconocerme discípula clandestina, si viene al caso, y reconocerme buscadora de luz en Él, si viene al caso.
A la hora de hacer o dejar de hacer, ¿confronto mis decisiones con el Señor? ¿Cómo hago?, ¿por qué?
Se acercaba la Pascua de los judíos |
Vendedores y cambistas...
Sin consideración de ningún tipo.
El encuentro con Dios, no puede ser ocasión de negocio.
¿Por qué hay que mostrar signos para obrar así?
Jesús, lugar de encuentro entre Dios y el hombre, sin vendedores ni cambistas.
Creer en Jesús, desbaratador de ventas, cambios y chanchullos… El corazón del hombre lleno de intentos de "negocios", incluso con Dios. |
“Los templos” no son “los lugares de encuentro con Dios”; el lugar privilegiado de encuentro con Dios es el propio Jesús, y después de Jesús los demás…
Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, Jesús les mandó: |
El Señor no nos trata "en cartucho" sino diferenciadamente.
¡Qué buena es la experiencia de Dios;
Presencia de Dios que cubre con su Sombra… Como a María. El Hijo. Y la experiencia de Dios, cuando lo es, siempre nos hace bajar a la vida. "Tejas abajo".
Después de una experiencia tan clara y radiante, ¿quién puede entender que haya que pasar por la muerte? |
Lo que hace grande "entenderse a solas" con el Señor es que Él es el confidente… Es bonito y emocionante pensar en esto: Él, el Señor, es el confidente y yo el receptor de su confidencia…
Seguro que tengo experiencia…
Recordar experiencias de Dios sólo buenas ("¡Qué bien se está aquí!"). Después de ellas, "cuando bajaba de la montaña", ¿qué me puso Dios en el corazón?
Recordar experiencias de Dios que nos han asustado ("...estaban asustados"). Después de ellas, "cuando bajaba de la montaña", ¿qué me puso Dios en el corazón?
Siempre empezamos la Cuaresma con las tentaciones de Jesús en el desierto. En el lenguaje religioso, el desierto es como un retroceso de la fecundidad querida por Dios. Es una región en la que los peligros acechan al hombre (hambre, sed, tormentas de arena, serpientes), peligros que hay que vencer…
Así, el recorrido por el desierto (Ex 15,22-19,2) se convierte en un símbolo de prueba y purificación espiritual. Pero Dios, puede hacer fecundo incluso el desierto (Is 35,1.6-7). El sentido de la permanencia de Jesús en el desierto no es tanto la ascesis cuanto la prueba en la lucha contra lo que Dios no quiere
(cf. MANFRED LURKER, Diccionario de imágenes y símbolos de la Biblia, Ed. El Almendro, Córdoba, pp.85-86).
Mc 1,12‑15 (1º de Cuaresma, ciclo B)
El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Cuando arrestaron a Juan, |
El Espíritu empuja a donde quiere; también al desierto. |
Recuerdo cómo las superé… Recuerdo qué y quiénes me empujaron en aquellos momentos…
Cuando la tentación quiere apartarme de algo que he decidido, cuando la tentación quiere que relativice lo que siento como muy importante, cuando la tentación se empeña en que me sienta ridículo ante lo que siento, veo y pienso… qué bueno es pensar en esta escena evangélica: Jesús sintiendo la tentación como yo…
Ahí y en ellas, está el Espíritu de Dios
Ahí y en ellas, está el Espíritu de Dios
Se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
“Si quieres, puedes limpiarme.”
Sintiendo lástima (compasión), |
A otros no se atrevería a acercarse, porque la enfermedad lo hacía impuro, in-tocable; pero a Jesús, ¡tan cercano!, sí se atreve. ¿Cómo que no?
...¡En cuanto se fue!, de modo que Jesús, como el leproso antes, |
Mc 1,14-20 (domingo 3 del tiempo ordinario, ciclo B)
Cuando arrestaron a Juan, |
¡Dios es una buena noticia!, eso es lo que Jesús proclama.
Santiago y Juan. Hermanos |