Un grupo de Esclavas del Divino Corazón nos reunimos en nuestra casa de Corteconcepción (Huelva) del 27 al 29 de Diciembre para poner música al carisma.
El CD no ha sido más que un pretexto, una excusa, para encontrarnos y compartir lo que llevamos dentro, esa llamada del Señor que nos llena de sentido, que dinamiza e impulsa nuestra vida. ¡Todo un regalazo! Una oportunidad para renovar nuestro SÍ, nuestro deseo de ser Esclavas todo y solo de su AMOR.
De entrada mi enhorabuena a las hermanas que soñaron este proyecto y confiaron en su puesta en marcha. Y cómo no, agradecer de corazón también, a esas otras hermanas que desde el servicio y el cariño a la congregación le han dado forma y vida al proyecto dedicándole tiempo, energías y esfuerzo: Sandra, Loli, Mariví e Irene. Preciosamente pensado y llevado con mucho esmero y cuidado han conseguido que fuera mucho más que “cantar”. Y también vaya por delante la gratitud a las hermanas que han entregado de alguna manera el “secreto de su alma” compartiendo con nosotras sus poemas, sus canciones; Marina, Rocío e Irene. Sin esto, lo vivido estos días no hubiera sido posible.
Es cierto que en el horizonte estaba el deseo de anunciar el amor personal de Jesucristo a través de nuestras canciones grabando un CD, pero no nos hemos limitado a aprender, ensayar y perfeccionar la música ¡ha sido mucho más que eso! hemos hecho SILENCIO, hemos escuchado lo que SUENA DENTRO, hemos sentido eso que hermanas nuestras expresaban preciosamente en sus canciones y nos hemos atrevido a cantarlo. Tras rezar, compartir, escuchar, dialogar… lo que sonaba era algo más que música. Sonaba el deseo que se escondía detrás de cada nota de querer con cada canción ser un poquito más de Él. Y esos deseos sonando juntos… por qué no decirlo ¡emocionaban! Porque todas sabemos las luchas, las batallas y encrucijadas que sostienen nuestros deseos de fidelidad al Señor cada día.
Y lo que le ha dado más densidad si cabe a la experiencia, ha sido que todas las canciones estaban ordenadas de manera, que nos fueron llevando. a ir entrando poco a poco en el sentido profundo del acto de consagración que rezamos cada mañana. Comenzamos el encuentro en nombre de nuestro Señor Jesucristo, las primeras canciones nos llevaron a esa experiencia única de sentirnos irresistiblemente atraídas por la bondad de su corazón, sabiendo que somos amadas desde siempre y para siempre. Más adelante, no faltaron canciones para poner palabras a ese sentirnos pobres, pequeñas y necesitadas de su caridad que nos transforma y desde ahí, conscientes de nuestra pobreza personal, nuestra pobreza como cuerpo, como congregación y la pobreza de nuestra tierra, de nuestro mundo, lanzarnos ¡con creatividad! a contagiar a todos la Buena Noticia de su amor. Para expresar este deseo, de anunciar a todos su AMOR, terminamos con un momento mágico, una creación colectiva que lleno de contenido, de vivencias y experiencias la certeza de que el único oficio del corazón es AMAR, amarlo a Él en todo y en todos. Y al ritmo que marca la audacia evangélica nos dirigimos al monte de la Cruz, donde terminamos este primer encuentro en torno al disco ADC, con un ratito de oración agradecida por todo lo vivido, subrayando ese deseo de cada una, de entregar nuestra vida entera y para siempre siendo Esclavas de su AMOR.
Con alegría y satisfacción nos despedimos hasta el próximo encuentro. Y con en el deseo de que no cese la música dentro, nos dijimos un “Hasta pronto hermana” ¡ha sido una gozada!
Ángela Lopera casal, adc
Enero 2018